En multitud de ocasiones uno llega a cuestionarse el porque hace las cosas que hace. Porque se levanta todos los días a las siete de la mañana, se prepara el desayuno, se ducha, sale por la puerta de su casa y se dirige con destino al trabajo. La monotonía. Ese virus que lo impregna todo cada día. Una sucesión de sucesos sucesivos sucedidos en tiempo sucesivo de manera repetitiva. Así es nuestra Historia, si con mayusculas, la nuestra y la de todos. Cada paso en el camino que damos, cada pequeño gesto, acto, o decision es lo que perdurara de nosotros en las retinas de las personas que nos conozcan. Para algunas personas sera una cuestión totalmente efímera, pasaremos desapercibidos y seremos olvidados rápidamente. Para otros en cambio el recuerdo de nuestros actos perdurara toda su vida y ahi en ellos quedara nuestro legado. Sera nuestro impulso y aportación a la sociedad. Por eso frente a la monotonía de la vida cotidiana de todo ser humano existe la contrapuesta creatividad, aquello que da chispa a nuestras vidas, lo que nos mantiene intrigados por el que pasara.
Cada vez que me he subido a un escenario, cada vez que he cantado una canción, cada vez que la escrito, compuesto, o tarareado, he explotado al máximo las posibilidades y conocimientos de mi creatividad siendo consciente de mis verdaderas limitaciones. Subido a un escenario he intentado siempre liberar al animal, librarme de la carga negativa, entre saltos y berridos y notas totalmente desafinadas.
Durante un tiempo quizás esa fue mi válvula de escape. Desahogar delante de un micrófono mi propia incomprensión hacia el porque de mis propios actos, mis decisiones, mis sueños, metas, deseos y mas inconfesables perversiones. Podría decir claramente que tras esas canciones no estaba yo que solo era un personaje ficticio que en nada se parecía a mi pero claramente seria mentirme a mi mismo y a las personas que me conocen. La bestia, el animal, todo aquello malo que llevamos dentro, no es mas que una parte mas, una cara mas de lo que somos, en contraposición con las otras muchas caras y facetas que tenemos completamente buenas y optimistas. La felicidad para mi se encuentra sin duda en el equilibrio entre ese lado negativo y ese otro lado positivo, en una calma en la que puedes tomar decisiones con profunda objetividad, aunque sea un equilibrio complejo de mantener constante en el tiempo.
Con esto no quiero decir que reniegue de mi lado mas negativo, de la bestia, del animal. Solo divago en que quizás este mejor plasmado ahi, en canciones, que perjudicando a las personas que tengo a mi alrededor y que mas quiero y aprecio. El Dex mas burdo, irreverente y mal educado debe permanecer en forma de notas y acordes para recordar al resto todo aquello malo y negativo que abunda en la sociedad. Es la forma de denunciar un mundo absolutamente competitivo y rastrero en el que aun queda mucha gente buena y mucha esperanza. Es la única forma de denunciar la incoherencia, la zafiedad, la contradicción, la absurdez de nuestro entorno y de las muchas personas que conviven con nosotros. Por eso todos los días intento luchar contra la monotonía cargada de negatividad con una positiva creatividad con la que expresar pensamientos, emociones y sentimientos que si no fuera de esta manera es probable que jamas expresara.
Porque abriéndome paso entre las palabras que escribo poco a poco también voy liberando al animal que habita en mi.